• Mantener una buena higiene diaria en la piel: no olvidar desmaquillarse y limpiar e hidratar la piel cada día.
• Exfoliar la piel una vez por semana para asegurar la regeneración epidérmica: con la exfoliación, la piel respira mejor, se estimula la oxigenación celular y absorbe los nutrientes y principios activos de los productos que utilizamos en nuestras rutinas de belleza.
• Aplicar retinol (en baja concentración).
• Realizar tratamientos con IPL o luz pulsada, para combatir la hiperpigmentación del verano: así durante el invierno conseguimos unificar el tono de la piel y hacer desaparecer las manchas provocadas por del sol.
• Hacer, una vez por semana, un tratamiento de cabina completo de limpieza de la dermis con exfoliación química: se lleva a cabo con cosméticos que tienen en su formulación principios activos como la urea o los AHA (alfa hidroxiácidos). Durante este se aplican exfoliantes de ácido salicílico, que es sebo regulador, y extracto de árbol de té, que tiene propiedades antioxidantes.
• Recurrir a tratamientos de aporte extra de vitaminas y ácido hialurónico como los de mesoterapia facial, efectivos para mejorar flacidez y combatir primeras arrugas.

Para terminar, con el fin de mantener el buen tono y apariencia de la piel en invierno, siempre que se presenten arrugas de expresión muy marcadas, es recomendable aplicar toxina botulínica, ya que además de borrar las arrugas por una temporada, impide que éstas se profundicen.