¿Qué es?
La toxina botulínica, conocida como Botox, es un fármaco que atenúa y disminuye las arrugas o líneas de expresión del tercio superior del rostro, relajando temporalmente la actividad de los músculos que las generan, gracias al bloqueo de los impulsos nerviosos responsables de su contracción.
La toxina botulínica se aplica mediante pequeñas inyecciones, prácticamente indoloras, en los músculos del tercio superior del rostro. Los resultados se empiezan a notar tras 48 – 72 horas, a los 10 ó 15 días es cuando se consigue el máximo resultado.
¿Cuándo está recomendado?
El tratamiento con toxina botulínica se utiliza para:
- Suavizar el entrecejo o líneas glabelares.
- Mejorar las arrugas de la frente.
- En el contorno del ojo rejuvenece la mirada, previene la caída del párpado y atenúa las patas de gallo.
¿Cada cuánto tengo que acudir a la consulta?
La relajación de los músculos lograda por la toxina botulínica es temporal y reversible.
Su efecto suele durar entre 4 y 6 meses, por lo que para mantener los efectos se debe repetir el tratamiento 2 veces al año aproximadamente.